26 de febrero de 2011

Flor de carta.

"Hola, soy una ex alumna del querido Joaquín. Me recibí el año pasado (2010) y quería dejar un texto que había hecho para el día de la entrega de diplomas... que por un inconveniente no pude hacerlo. Me encantaría que lo suban!
Muchas gracias."
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Parece ayer cuando por primera vez el Joaquin V Gonzalez abrió las puertas para el inicio de clases, en aquel 2006.
Tan presente está el recuerdo de ese primer día, todo parecía muy pero muy grande. Esos pasillos abrazando las aulas, el patio colmado de alumnos inquietos, todo era inmenso. En aquel momento apenas podíamos mirar a los ojos a aquellos que serían los compañeros de división, todos estábamos pasando por lo mismo, para todos comenzaba una nueva etapa.
Nos mareaba un poco el hecho de tanto cambio, pero con el paso de los días, nos fuimos presentando entre nosotros. También nos fuimos acostumbrando al lugar, a los horarios, a la cantidad de materias, a los profesores que cada uno tenía su particularidad, y principalmente a nosotros mismos, que sin notarlo estábamos pisando con fuerza esa maravillosa etapa que es la adolescencia.
Había cosas que nos llamaban la atención como los preceptores, era una nueva palabra en nuestro vocabulario cotidiano (PRECEPTORES: Técnicos especializados en la comunicación con adolescentes). Que lindo era conversar con alguno de ellos en algún recreo u hora libre. Contándonos experiencias de su vida, siempre escuchándonos, y hasta a veces retándonos por algún hecho. Ellos tienen ese no se que, que hacen que nuestro paso por el colegio sea único e irrepetible.
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Y los años fueron pasando…y estábamos creciendo juntos.
Nos sentíamos con más experiencia en la escuela secundaria, pero no éramos los más grandes, ya que estaban ellos "los chicos de quinto año", que circulaban por el Joaquin, como si fuera de su propiedad, saludaban a los profesores de una manera espontánea, con las señoras porteras como si fueran todos de una gran familia.
Los chicos de quinto!!! ¡tan grandes! y para muchas de nosotras eran los más lindos del Cole, para los ojos de los chicos estaban ellas, con sus guardapolvos tan cortos y sus caras pintadas, venían luqueadas como para participar de un casting televisivo.
Lo más importante era que todos ellos podían usar el gran patio solo para ellos. Cuantas veces imaginábamos estar ahí, en la planta baja del Joaquin.
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Y los años fueron pasando… y estábamos creciendo juntos… aprendiendo juntos…
Muchas veces una clase, era más qué eso, ya que la calidad humana de tantos profesores la convertía en un sostén, en una compañía, y por que no decirlo muchas veces alguno de ellos prestó su pañuelo para secar gotitas de alguna mejilla triste, y eso no estaba como materia curricular, eso sólo se encuentra en personas como ellos, esos tan queridos profesores que dan más de lo que piensan, esos profesores que dejan en nuestras vidas marcas inolvidables.
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Y los años fueron pasando… crecimos juntos… aprendimos juntos…
Los nervios del primer día se convirtieron en ansias de llegar al colegio para encontrarnos con nuestros compañeros, que sin darnos cuenta se fueron haciendo amigos de la vida, esa vida adolescente que pisábamos con tanta fuerza.
"El Joaco", así lo fuimos llamando al pasar el tiempo, nuestro Joaco; la cantina con ese aroma tan particular de mañanas tan nuestras; el rincón de la fotocopiadora transformado en reuniones espontáneas; las escaleras tan blancas testigo de risas, de charlas, y por qué no de algún primer beso escondido; y el gran patio símbolo de meta, símbolo de la gran llegada.
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Y los años pasaron… crecimos… aprendimos… y llegamos a último año…
Somos los más grandes del colegio. Somos los que sentimos que el Joaco es nuestro. Somos los que pisamos el Gran patio como símbolo de honor. Somos los que sentimos un cariño especial por todos los que día a día hacen con tanto esmero a nuestro querido colegio.
Somos los que hoy no podemos explicar que nuestro alboroto de alegría va acompañado de sensaciones de tristeza, de ganas de permanecer cobijados en algún rincón del aula.
Somos los que hoy no sabemos como expresar que queremos abrazar con todas nuestras fuerzas a esta etapa tan especial, y tan hermosamente vivida en nuestro secundario, y que de ningún modo la queremos dejar escapar.
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Pero tenemos que aceptarlo…
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Los años pasaron… y llegó el final de una etapa, de un periodo vivido plenamente, donde nos enseñaron a pertenecer, donde aprendimos el valor de nuestra palabra, donde aprendimos que si nos ponemos metas como en aquel 2006, depende de nosotros mismos para hacerla realidad, como lo hicimos hasta hoy.
Sí, llegamos hasta hoy, preparados para un nuevo desafío, una nueva vida, sabiendo que siempre estarán ahí dentro de nosotros esas huellas imborrables de aquellos que nos acompañaron todo este tiempo.
¡¡¡Gracias, gracias y gracias!!!
A todos los que nos ayudaron, nos respetaron, nos enseñaron, y nos acompañaron en este valioso viaje que fue nuestra escuela secundaria.
Y a vos Joaco querido, te decimos: ¡Cuántas cosas vividas llevaremos para siempre en nuestro corazón, y cuantas otras quedaran en vos!
Florencia Rodríguez Gomez, 5to 4ta TM 2010.
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gracias Florencia...

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