Se me está terminando febrero y este año bisiesto no sólo me trae la alegría de poder comer los ñoquis del 29, sino que a través de este blog estuve leyendo la nota del muchacho que jugó en River Plate y fue el padre de una egresada del Joaquin en 1976.
Haciendo memoria y retrocediendo en el tiempo, recordé que yo también fuí jugador de fútbol, pero necesitaba recabar información al respecto para poder corroborar que lo que estoy diciendo es verdad, pero no pude encontrar absolutamente nada en Internet, ni tampoco en el archivo del diario La Nacion, como la promo 1957 que habían sido campeones del torneo de fútbol de ese año, por lo que tuve que ir al altillo, y buscar en el baúl de los recuerdos, en donde efectivamente, esa perla (fotografia), me estaba esperando.
Fue allá lejos y hace tiempo, parafraseando a Guillermo Enrique Hudson, y fue realmente lejos porque, el club quedaba en la provincia de Jujuy.
Corrian los primeros años de la década de los ochenta, el pueblo se llamaba La Mendieta, y el equipo "Los Pachamamas de la Mendieta" estaba necesitando jugadores. Quiso el destino que me encontrara como turista en esa bellísima ciudad y al leer el aviso en La Garceta de La Mendieta, me presenté al llamado. Me preguntaron donde habia jugado y sin ponerme colorado les dije que en el equipo de 5to 1ra, turno tarde, en el torneo que organizó el indio Papurello a fin de año y habíamos salido campeones. Que jugadores habia en ese equipo, como la escolaseaban, no me acerdo de todos, tampoco de quien jugaba al arco, pero como los arcos eran chiquitos creo que lo habian puesto al sopeti Fiorelli, abajo jugaban el cirujano Pedro Michel (te operaba sin anestesia), el gordo Avendaño (un tractorcito), en el medio el Beto Claudio Alonso y Roberto Ratti que dibujaban igual que Salvador Dali y Pablo Picasso juntos y adelante el Yiyi Rivas, un tanque de guerra que sólo tenía que empujarla al fondo ya que la jugada le venía servida y por supuesto yo que estaba en el banco alentando porque en la cancha sólo entraban seis.
Fuimos campeones de punta a punta, allá en el glorioso parque Pereira. Este pergamino fue la puerta de entrada para poder jugar en Los Pachamamas de La Mendieta. Me preguntaron en que posición jugaba, y les dije que me gustaba por atrás, que era estorpe, y le respiraba en la nuca a los delanteros, una especie de estampilla, de pegasoso, una mezcla de Hacha Brava Navarro y Pancho Saa con menoupasia. Por supuesto que los tipos no dudaron un instante y me pusieron en el primer equipo, ya que les hacia falta un defensor. Debuté en el primer equipo un domingo a las 4 de tarde con 58 grados de temperatura y jugué solo 2 minutos ya que fue imposible mover las piernas, los músculos no me respondían y la sangre no me subía al cerebro, los vasos (sanguíneos) estaban vacíos como la canción de Los Fabulosos Cadillas y se me paralizó todo el cuerpo, evidentemente ese fue mi debut y despedida, ya que los 5000 metros de altura y el calor fueron la causa principal, de mis 2 minutos en primera. Me acuerdo que los chochamus me pusieron un pasto verde en la boca y me dijeron que mascara durante 2 horas (callate y seguí masticando) que ya se me iba a pasar la parálisis. Mi último recuerdo es que me llevaron a los vestuarios en una vicuña, y me aconsejaron que siguiera masticando esa yerba verde, y que pronto me encontaría mejor y si podía moverme que me vuelva a Buenos Aires a jugar en el equipo de Papurello.
¿Quien alguna vez no soñó con jugar en primera? Mi experiencia fue efímera, pero necesitaba compartirla con ustedes aunque sea una boludez y de paso alejarnos de la promo 1962 que tienen 62 entradas y se quiere quedar con el tercer puesto, detras de la 1976 y la 1974 respectivamente.
Un abrazo enorme, a todos mis seguidores.
Desde Auckland, Dario Gonzalez, ese de la 1975 TT."
N. de la R.: que mal le hace esto al fútbol...
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