2 de abril de 2012

Atribulado Amor a 15 años de Malvinas.

"Hace 15 años tenía el placer de escribir para una revista barrial en la Ciudad de Salta, y hoy quiero transcribir aquella editorial a modo de recuerdo, de homenaje a la memoria ausente, a la desazón de que 15 años después algunas cosas recién están empezando a cambiar, pero nos falta mucho... 
Un sólo dato para comprender la historia presente: en el mega desfile del Bicentenario organizado en Buenos Aires, los ex combatientes no estaban invitados al mismo... desfilaron unos pocos que se colaron de prepo (porque si algo tienen estos muchachos es coraje) y terminaron desfilando ovacionados por la multitud presente. Pero no estaban invitados... y de eso hace dos años, con este mismo gobierno que hoy parece empezar a reinvidicarlos. 
Ojalá que no quede en la nada." 
(Eduardo Amor)


"En esta oportunidad y luego de conversarlos con mis seres queridos, he decidido tocar un tema que nos llega (o nos debería llegar) absolutamente a todos: las Islas Malvinas.
En marzo del 82, hace exactamente 15 ños, tenía un hobby que ocupaba la mitad de mi vida y era la fotografía. Tan es así que trabajaba como fotógrafo free-lance para algunas editoriales de la época. En marzo de ese año (1982) quise cubrir la convocatoria de la CGT en Plaza de Mayo. La represión para disgregar a los manifestantes no distinguió entre casuales transeúntes, agitadores, fotógrafos, colectiveros, sindicalistas, empleados de comercio, etc. Los palos y balas de goma estaban de oferta, pues no tenían preocupación alguna en malgastarlos con nosotros...
Ese día me salvé (y ya van dos) porque el colega que estaba a mi lado nos cubrió a otro compañero y a mi con su cuerpo recibiendo la módica suma de 40 balas de goma incrustadas en su espalda Recuerdo que un primer plano de la misma fue primera plana de varias revistas y diarios, pero lamentablemente no recuerdo su nombre.
Como pareciera que somos un pueblo sin mucha memoria, según lo demostrado a lo largo de varios acontecimientos, el 2 de abril de 1982, exactamente dos días después de semejante demostración de brutalidad, estábamos cubriendo la Gran Noticia: las fuerzas armadas habían recuperado las Islas Malvinas. Los mismos gobernantes que dos días antes habían ordenado repeler al pueblo, lo estaban convocando a celebrar con orgullo patriótico la recuperación de unas islas que por derecho geográfico nos correspondieron siempre. 
Pero los invito a hacer más memoria aún... ¿alguien se acuerda que en la escuela primaria o secundaria nos hayan enseñado que las Malvinas nos pertenecían, y por qué? Yo les contesto: NO.
Nos enteramos el 2 de abril de 1982. Y tan orgullosos estábamos los argentinos que les puedo asegurar que si nos proponían salir a defenderlas montados en tablas de windsurf, lo hacíamos.
Ese era el espíritu que se vivía en Buenos Aires por aquella época. Pero no quiero desmerecer el patriotismo del resto del país. Seguro que esa sensación se vivía en el resto de mis conciudadanos, en menor o mayor medida.
Pero volvamos al tema. El clima era hiperoptimista. Creo que estábamos convencidos que podíamos vencer a lflota inglesa. Que a los famosos gurkas (mercenarios al servicio de la Reina) los íbamos a combatir con nuestrocuchilleros correntinos. Que el equipo bélico con el que contaban los ingleses era parejo comparándolo con el'de nuestro ejército (¿alguien vió algo sofisticado cuando hizo la colimba?). Que nuestros conscriptos iban a poder-pelear de igual a igual con un grupo de comandos con más de doscientos años de trayectoria bélicaLa gran sorpresa (mundial) fueron las incursiones aéreas. Creo que eso era lo que nos alimentaba a los que estábamos en la gran ciudad siguiendo loacontecimientos paso a paso.

Si nos ponemos a pensar, a razonar un poquitito, no hace falta mucho como para darse cuenta que sólo podíamos ganar solamente si ellos se retiraban. Si bien la prensa informativa estaba manejada por el gobierno de turnofuimos tan optimistas que realmente estábamos convencidos que nos iba bien en la guerra ... pero sigamos razonando: ¿En qué guerra le va bien a alguien?
Estábamos tan convencidos que algunos nos anotamocomo voluntarios. Yo me anoté y no hubo ni tiempo parconvocamos a todos. Algunos de los que conocí ese día eel Regimiento Patricios nunca volvieron...
Estábamos tan convencidos que se organizó una colecta en uno de' los canales estatales (el más estatal de todos), y todos donamos algo..Hubo gente que compraba para donar. Hubo gente quofreció sus servicios para colaborar en la confección de abrigos. Hubo gente que donó sus joyas personalesRecuerdo perfectamente que el día que me acerqué a lpuerta del canal para llevar la comida no perededera que compré especialmente para enviar a nuestros soldadojunto a una cartita (vaya uno a saber para quien), pude presenciar uno de los tantos hechos insólitos de es"guerra": se detuvo delante nuestro una moto importada de gran cilindrada que era conducida por un veinteañeroquien sin dudar se.despojó de dos cadenas de oro con sumedallas y de su reloj marca Rolex, depositando todo esen la bolsa en donde todos poníamos algo. (Nota: nunca se supo que destino tuvo esa-colecta).
Como él hubo muchísimos. Movidos por la impotencia de no poder ir, remordidos por la conciencia de pasada biemientras otros morían por nosotros, alentados por un optimismo real basado en la creencia de que las cosas se estaban haciendo bien... Todos teníamos el patriotismo como un globo dentro del pecho que se había inflado de golpe.
Es tanto lo que podría escribir, pero de algo estoy convencido: no voy a escribir ni pienso en mencionar absolutamente nada respecto a las experiencias vividas por otros en las islas. No estuve. Hubo amigos y compañeros de la colimba que estuvieron, y los que volvieron me contaron cosas que no voy a relatar. Es mi memoria la que se revuelve en mi conciencia cada año que pasa.

Había un slogan por aquella época que rezaba: "Qué le va decir a su hijo cuando le pregunte donde estabas durante la guerra?". Hoy, 15 años después y con dos hijos y otro por llegar tengo la certeza que lo que les voy a contar será siempre la verdad de lo que sucedió, sin generar rencores ni venganzas, dándoles la libre elección de crecer en democracia y con la libertad de razonar y discernir, de polemizar y decidir, y creo que todos deberíamos hacer lo mismo con nuestros hijos. Pero algo cambió en nuestra cultura: hoy en todas laescuelas primarias y secundarias se enseña que las Mal vinas nos pertenecen y porqué.
Para finalizar quiero rendir mi humilde y eterno homenaje a los que se jugaron por la Patria, a los caídos y a losobrevivientes, a los que pelearon para defendemos y a loque dieron su vida por la nuestra, los que amaron la celeste y blanca hasta el último aliento y los que la enarbolan con orgullo año tras año para que nadie se olvide.
No perdamos la memoria. 
Amemos a la Patria."

Revista Sur Nº8 - Año 1 - Abril de 1997, Salta.





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