Siempre quise escribir algo sobre mis cinco años en el Joaquin, y no podía encontrar entre tantos momentos vividos, de que podía escribir.
Los nombres de las/los profesores no los recuerdo muy bien salvo algunos personajes y aquí van los que recuerdo… en 1er año: Marconi (“cafeshito”), Solá y Paz (“corchito”) en instrucción cívica, Picado en contabilidad, Pupato en matemática, Odriozola (“la podota”) en biología, Papurelo ("el indio") en ed. física, y un hermosa pendeja en castellano que venía con minifalda y durante meses nos lamentamos que el escritorio de los profesores fuera cerrado, o sea que tenía una madera terciada en el frente y no le podíamos ver las pìernas. Unicamente disfrutábamos de ese placer en el trayecto de la puerta al escritorio y viceversa.
Hasta que un día se me ocurrió que esa madera terciada podía removerse fácilmente, y así fue como durante los últimos dos bimestres (en esa época había bimestres), atendíamos con una especial atención en las clases de Castellano mirándole las piernas a la profe.
El problema era si nos llamaba al frente, ya que a más de uno nos costaba disimular una temprana erección.
Después, en 2do año recuerdo a la Vichi en castellano. En 3ro a Yeregui en contabilidad. En 4to a Fragalá en mecanografía. Y en 5to jamás podré sacar de mi mente a los 4 jinetes del Apocalipsis: Whelan en matemática financiera, Barcia en taquigrafía, Spinelli en merceología y Trastemberg en contabilidad. No se si es bueno pero me las llevé las cuatro a diciembre. La última la aprobé en abril.
En 5to también tuvimos a María Elena Yeregui, a quien pude volver a ver en octubre en la fiesta del ex alumno y fue muy emotivo.
A todos ellos, exceptuando a los 4 jinetes, los pude conocer personalmente cuando fui preceptor, descubriendo a personas maravillosas, tal cual me pasó con Cacho Giugliano y con Petete.
Y después de esta introducción, me di cuenta que les voy a relatar el despertar de mi pasión por la música que casualmente fue a lo largo de esos 5 años en el Joaquin... pero lo voy a hacer en próximas entregas para no aburrirlos…
Un abrazo joaquinero para todos.
Eduardo Amor.