- Comprende a tus hijos
- Escucha pacientemente lo que tengan que decir, y contesta con cariño todas sus preguntas.
- Se amable con ellos, como quisieras que lo fueran contigo.
- No los interrumpas, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor.
- Reconoce tus faltas para con ellos.
- No te burles de sus errores, ni los humilles o avergüences delante de sus amigos o hermanos, ni siquiera como castigo.
- No induzcas a tus hijos a hacer cosas indebidas por seguir tu mal ejemplo.
- Demuéstrales, con lo que dices y haces, que la honestidad es fuente de felicidad.
- Que siempre hagan lo correcto sin importar lo que otros piensen.
- Ten siempre una palabra de estímulo, y lograrás más que con reproches.
- Trátalos conforme a sus edades, y no les exijas el criterio y normas de vida de los adultos.
- No les quites las oportunidades de actuar por si mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar su decisiones de acuerdo a su edad.
- Enséñales que el gran amor y el gran desafío incluyen siempre el gran riesgo.
- Que nunca desechen una buena idea porque no les guste de quien viene.
- No los agredas física o verbalmente, ni siquiera con el pretexto de corregirlos, por el contrario siempre ten para ellos: tiempo, abrazos, besos y “te amo”.
- Satisface sus deseos justos, pero ten valor siempre de negarles un privilegio que sabes que les causará daño.
- Dale una mano a tus hijos cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejarán hacerlo.
- Se tan considerado y amigo de tus hijos, que te sigan por amor y no por temor.
- Se un LIDER para ellos y no un JEFE. Que valga la pena que tu hijo sea quizás como vos.
- Y enséñales que la felicidad no es una meta sino un camino y hay que disfrutar su recorrido.
20 de junio de 2010
¡Feliz Día del Padre!
nosotros